«TFM» es el nombre por el cual se conoce a la prolongación de la Línea 9 de Metro de Madrid hasta Rivas y Arganda.
La obra y posterior explotación de esta línea de Metro madrileño fue privatizada por la Comunidad de Madrid. La modalidad elegida fue la concesión administrativa. La adjudicataria fue la empresa Transportes Ferroviarios de Madrid SA, empresa de capital mayoritariamente privado, que le da su denominación informal. Su designación técnica es L9B.
La obra costará a las arcas públicas muy probablemente cerca de cuatro veces más de lo adjudicado en concurso público, en 1997, siendo Presidente madrileño Alberto Ruiz-Gallardón.
Ademas, el servicio contratado con la adjudicataria, a día de hoy, incumple flagrantemente el pliego de condiciones técnicas que la Dirección General de Infraestructuras exigía para la explotación de la nueva línea.
Pero todo esto es desconocido por el usuario común de la línea, que sufre de primera mano las consecuencias. Los viajeros conocemos a TFM fundamentalmente por tres cosas:
- TFM cierra a las 23 horas, 3 antes que el resto de la Red.
- TFM no te lleva a ningún sitio. TFM es un ramal periférico, no es una conexión «directa» con Madrid. Los desplazamientos en TFM añaden un transbordo y cuarto de hora más. El tiempo medio de viaje en la primera corona metropolitana de Madrid se dispara en Rivas.
- TFM tarda en llegar. Mucho. Esperar un tren que no te lleva a ninguna parte es duro. Curte al viajero. El hacinamiento de sus trenes es un hecho principalmente por esto.
Vayamos por partes. En este artículo analizaremos las vergonzantes frecuencias de paso de los trenes de TFM, sobre un municipio ya pobremente comunicado en transporte público.
Las fotos publicadas aquí no son una burda manipulación. Son reales y muestran gente de verdad dentro (y fuera) de los vagones de TFM, tanto por la mañana, como por la tarde, en horas que podríamos considerar punta. Todas tomadas en los últimos días.
En este artículo no se ha maltratado a ningún animal, a los que la Presidenta Cifuentes reserva un vagón entero, nada más y nada menos que la mitad de un tren TFM.
Aquí, a diario, sólo se tortura a personas, viajeros de TFM. No debemos tomarlo a broma, la situación del servicio de TFM es gravísima y clama un cambio de rumbo urgente. Miremos detenidamente las fotografías viendo lo que realmente encierran: las consecuencias de privatizar un servicio público de transporte. Es el premio que los gobernantes regionales desean ofrecer a Rivas-Vaciamadrid.
No olvidemos, por último, el hecho de que estas fotografías están tomadas en una línea periférica, muy alejada de cualquier intercambiador de transporte y de la almendra central madrileña. Por lo tanto, no son ni comparables ni asumibles a la lógica masificación en estos puntos de nuestro sistema de transporte.
Esperamos que estas pruebas gráficas hagan pensar a la oposición en la Asamblea de Madrid. Del Partido Popular ya sabemos lo que podemos esperar: 10 minutos como muy poco.
Las frecuencias de TFM: el tren de los 10 minutos
TFM es la línea de Metro de Madrid con las peores frecuencias de la Red. Además, y unido a esto, es la única que cierra 3 horas antes. Las consecuencias son desastrosas.
La demanda de viajes, prevista por la concesionaria y la Comunidad de Madrid, es hoy un 40% inferior a lo estimado inicialmente.
El atractivo de la línea, un mero ramal periférico con horario y frecuencias impropios de los municipios que pretende conectar, es prácticamente nulo.
Las frecuencias de trenes, impuestas por el Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM), son vergonzosas. La razón aducida de manera torticera, cansina y equívoca, es la baja demanda de la línea.
El CRTM olvida por un momento que el único responsable de esa baja demanda es precisamente el propio CRTM. Es el CRTM el que recorta frecuencias, horarios, trenes y coches (vagones). Es el CRTM el responsable de que Rivas-Vaciamadrid sea el único municipio de 85.000 personas sin conexión directa con Madrid. Es el CRTM el culpable de que TFM sea la línea ferroviaria de Madrid menos atractiva para el viajero ¿Qué esperaba el CRTM? ¿Una avalancha de viajeros masoquistas?
A pesar de todo ello los vagones de TFM van llenos. Pero no por la avalancha de viajeros que el CRTM espera absurdamente. No.
El hecho de que los trenes pasen con las frecuencias más bajas de la Red, ayuda bastante, máxime si vienen con dos coches. En cualquier horario punta, de mañana o de tarde, los vagones de TFM parecen más vagones de ganado que de personas.
Coches pésimamente dimensionados y sistemas de explotación desastrosos. Un completo caos que se adivina en las tablas de frecuencias de TFM, las peores de la Red de Metro.
Por la mañana 6,5 minutos de paso como mínimo. Sigue siendo una de las peores frecuencias de la Red, aceptable sobre el papel, pero que se traduce a menudo en cualquier otra cosa más cercana a los 10 minutos. Una simple lluvia multiplica por dos el tiempo programado. Las instalaciones de TFM son un desastre, pero su pasión por poner trenes únicamente de dos coches, ayuda a este servicio tercermundista. La venta de los trenes 6000 ha dejado a TFM con sólo 7 composiciones, por lo que bajar estas frecuencias es imposible.
Por la tarde, en plena hora punta, los trenes pasan cada 9 minutos como mínimo. Ninguna línea de la Red tiene esas frecuencias. De nuevo, cualquier pequeño incidente supone multiplicar las esperas, ahora ya completamente inaceptables. Por la tarde, el servicio de TFM, multiplicador de los tiempos de viaje, invita a usar el vehículo privado a toda costa.
Curiosamente, el CRTM parece sorprendido de que la demanda de TFM sea tan baja, de que los ripenses usen el coche de manera masiva y de que, sobretodo últimamente, ciertos sectores de la sociedad ripense empiecen a quejarse por el clamoroso agravio comparativo que padece Rivas-Vaciamadrid en materia de transporte público.
Pero lo verdaderamente sorprendente es que personas normales decidan meterse, de manera voluntaria, en este engendro creado por la Comunidad de Madrid llamado «TFM».
Así es, todo muy cierto, eso sin contar si sales a las 24:00 de trabajar y como tengas que ir a Conde de Casal y pierdas el 334 que sale a las 01:42 ahí te tienes que pudrir esperando una hora para ir a rivas, sin metro y sin autobús.vergonzoso
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Y cuando llueve ya es el disloque total. Ya no sólo suben los tiempos de espera, en varias ocasiones más de 10 minutos, si no que, además, van súper lentos y duplican el tiempo de trayecto. En muchas ocasiones, se llega a emplear 20 minutos para cubrir la estación rivas urbanizaciones – puerta de arganda.
Agradecer a la Comunidad de Madrid y a la oposición de Rivas estos «momentos de descanso»
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